miércoles, 29 de abril de 2015

Primero, el corte de la chaqueta. Luego, los botones.

24 de abril. Frase demasiado representativa del avance de este día. Absolutamente todos los modelos del grupo, incluyendo el mío obviamente (já), fueron destruidos, asesinados brutalmente por la segunda frase del día: este modelo -refiriéndose al anterior- es mucho mejor biblioteca que este -(aludiendo al modelo que debía representar nuevas ideas y creaciones-.

Cuando el profesor Cabrera pronunció esas palabras, lo viví en cámara lenta, como una típica película norteamericana. Nos mirábamos con mis compañeros, y nuestras caras eran de absoluta frustración. El momento se congeló para mi. "¿Qué nos pasó?", me preguntaba. "Fallamos", repetía Nicolás. Y eso me quedó dando vueltas en la cabeza. Fallamos. Todos. Y coincidentemente, todos cometíamos el mismo error. Las escaleras. Benditas escaleras!! Nos limitamos a crear escaleras, ascensos que, en realidad, no tenían mucho fundamento para nosotros, sino que cumplían una simple función: conectar las espacialidades de diferentes niveles.

Pero el profesor quería algo más. Algo que nosotros no estábamos viendo, de hecho, y es el por qué de la frase. Primero, el corte de la chaqueta, luego los botones. Nos estábamos enfocando en detalles, sin siquiera haber configurado la idea general del modelo. Sin haber complementado la situación estructurante inicial de cada uno, con la nueva motivación y los ámbitos programáticos establecidos. Debíamos definir el corte de la chaqueta que haríamos, y una vez que las decisiones acerca del diseño de ella estuvieran hechas, podríamos elegir los botones que le pondríamos. No sé bien... Creo que sigo sumergida en una caja enorme de botones.


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