jueves, 23 de abril de 2015

Monólogo interior.

20 de abril. El avance de hoy consistía en traer el emplazamiento  definido, además del plano de la plaza dibujado a escala. No logré llevarlo el mismo día, pues definitivamente no había tenido tiempo para hacerlo. Pues bien, como no tenía propuestas para esa jornada, me limité a escuchar indicaciones, sugerencias y pasos a seguir en la creación de la biblioteca lúdica para niños.

La verdad es que no he invertido el tiempo necesario para pensar en las modificaciones que haré al artefacto atmosférico para darle coherencia al sentido de biblioteca para niños, porque, cabe recordar que la motivación de la creación del modelo de la experiencia anterior era la contemplación del salar de Atacama,  y ahora me cuesta pensar que la motivación es otra: aforar.

Eso me frustra un poco. Solo un poco, porque mi preocupación inmediata es si tendré que cambiar la situación estructurante que había escogido (la inmensidad del paisaje v/s la nimiedad de los espacios), para poder modificar el artefacto atmosférico con la intención de crear espacios destinados el juego, al descubrimiento por medio de los libros y a la conversación entre niños; pero en realidad, sé que la situación estructurante no debe cambiarse, sino, qué sentido tendría haberla decidido como propia en primer lugar. Lamentablemente, de manera inconsciente me veo tentada a hacerlo, pues imagino que sería bastante más simple idear una nueva y modelarla a esta nueva motivación. Pero no.

Bueno, estoy escribiendo lo que pienso casi como un monólogo interior. Lamento si no es tan claro, pero así mismo voy aclarando mis ideas. Aún queda trabajo. Harto trabajo por delante...

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